Historias de periodistas: Héroes, víctimas, inmigrantes, terroristas

10 de julio de 2011



Salva es colaborador de mi periódico en la Costa de Granada, en Motril. Saca fotos. Es enjuto y habla a trompicones. Charlatán y conversador. Me gusta porque le gusta su trabajo.

Esta semana, en el Puerto de Motril, fotografió a Enrique Garberí, un alicantino de cuarenta años que es el patrón de la lancha de Salvamento Marítimo. Este tipo, Enrique, ha salvado con sus propias manos a más de 20.000 personas de morir ahogadas en la mar. Enrique lleva diez años rescatando pateras perdidas, naufragios de almas, sin pestañear.

Por eso tiene esa mirada que se aprecia en la foto de Salva.
Es la mirada de un marino, con toda su épica, con toda su capacidad para salir de mil y un fregados en alta mar, cuando lo de las tempestades y el barco que no se para quieto, que no se deja gobernar, que no existen ni los frenos ni el arcén para apearse.

Es la mirada de una persona cauta, sensata y también aventurera, que decide que su vida sea salvar la de ‘Los Otros’. Y en su caso,
‘Los Otros’ más débiles de todos.

La mirada de Salva ha retratado la mirada de Enrique. Y se aprecia franca, limpia, transparente, sin fintas, sin engaños, sin trapacerías. Con honor, con compromiso, con vocación, con servicio.

La mirada del héroe tiene que ser muy parecida a la que presenta Enrique Garberí en la foto de Salva.

Y Salva sabe lo que es la heroicidad, el compromiso, la vocación, el honor. Un 29 de mayo de 1991 sonó el teléfono. Estaba de guardia en la entrada de la casa cuartel de la Guardia Civil de Vic. "Solo me dio tiempo a contestar ‘Guardia Civil de Vic’ y todo saltó por los aires. Se me cayó una pared encima. Dos cristales se alojaron en mi ojo. Me dieron 18 puntos. Hay cuatro puntos que no me pueden quitar para que no se me reabra la herida". Murieron diez personas. Niños entre ellas.

Salva, guardia civil de 19 años cuando el atentado de Vic, sabe lo que es el honor, la vocación, el compromiso, la heroicidad. Lo vio todo ese día de mayo de 1991. Lo bueno y lo malo.

Por eso, cuando tiene enfrente a un tipo como Enrique Garberí -"Yo siento debilidad por este tipo de gente que se pone un uniforme para servir a los demás", dice- le saca esta fotografía.

Mirarles a los dos a los ojos.
Dentro de sus miradas vuelve a haber miles de historias.
Las historias de los héroes, las de los villanos, las del compromiso, las del odio, las de las víctimas, las de la inmigración, las del terrorismo...

PD. Este es el reportaje titulado ‘Mientras los niños jugaban’. Está dirigido por David Fontseca Romanos con producción ejecutiva de Julia Otero.

MIENTRAS LOS NIÑOS JUGABAN (DOCUMENTAL) from MIENTRAS LOS NIÑOS JUGABAN on Vimeo.



PS. Luego, por la tarde, desde la Redacción, actualizo el post con el pdf del reportaje. Aquí os dejo el vídeo y el link a Ideal.es

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